El guiño de Donald Trump fue decisivo y activó en Buenos Aires a la diplomacia argentina para aprovechar el envión político. “Consideraré cualquier cosa. Creo que es un gran, un gran, gran líder. Está haciendo un gran trabajo, un trabajo fantástico. Ha rescatado a ese país del olvido. Sí, analizaremos las posibilidades”, fue la frase que pronunció el presidente de Estados Unidos respecto Javier Milei y la posibilidad de tener un acuerdo de libre comercio con Argentina.

Esa declaración alentó a la Casa Rosada a acelerar al máximo con el objetivo de tener una hoja de ruta para encarar una de las máximas prioridades del gobierno libertario. Aunque admiten lo prematuro del estado de cosas, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, que conduce Gerardo Werthein, ya empezaron los trabajos preparatorios de la diplomacia.

La incipiente negociación con Estados Unidos no es la única novedad en materia de política exterior de las últimas horas. Según pudo saber este medio, en breve se anunciará el envío del pliego de Wenceslao Bunge como futuro embajador argentino en España para su tratamiento en el Senado, se resolvió nombrar a Carlos Cherniak en lugar de Sonia Cavallo como representante argentino en la OEA, donde se avecina una elección clave por el futuro Secretario General, y se prepara la agenda que tendrá el primer mandatario en su viaje oficial a Israel.

Respecto a la negociación con Estados Unidos hubo una definición clave: más que un acuerdo de libre comercio, que requiere agotadores y extensos procesos de negociación y la intervención de los parlamentos y los gobiernos involucrados, el objetivo es avanzar con un acuerdo comercial, con metas menos grandilocuentes, pero posibles.