Donald Trump y Benjamín Netanyahu apuestan a un acuerdo diplomático con Iran para evitar una guerra inédita en Medio Oriente.
Pero el líder religioso Ali Khamanei aparece en una reluctante posición bélica, tras los bombardeos de Estados Unidos a las instalaciones nucleares en Fordow, Natanz e Isfahan.
“El enemigo sionista ha cometido un grave errorha cometido un gran crimen; debe ser castigado y está siendo castigado; está siendo castigado ahora mismo”, posteó Khamenei en su cuenta oficial en X.
Antes del ataque directo a Irán, Trump abrió un backchannel con Recep Erdoğan -presidente de Turquía- paracerrar un acuerdo diplomático de último minuto.
El canciller iraní Abbas Araqchi y Steve Witkoff -enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente- negociaban los términos del acuerdo y el escenario del cónclave bilateral.
El presidente Erdoğan ofreció Estambul, y Trump ya había autorizado que J.D. Vance -vicepresidente de Estados Unidos y Witkoff viajaran a Turquía para reunirse con Araqchi.
Sin embargo, todo quedó en la nada: Araqchi le dijo a Witkoff que no había podido hablar con Khamenei.
Y horas más tarde, Trump ordenó la ofensiva aérea con los aviones B-2 y las bombas anti-bunkers.
En este contexto, es poco probable que Khamenei se incline por la vía diplomática para resolver el enfrentamiento de Irán contra Estados Unidos e Israel.
Y todas las variables que maneja el líder religioso implican un conflicto sin antecedentes en Medio Oriente.
Anoche, en Jerusalén, no se descartaba que Khamenei ordene un ataque terrorista contra las bases militares de Estados Unidos en Siria o Irak.